Opinión

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14 de julio de 2019, 4:00 AM
14 de julio de 2019, 4:00 AM

La renuncia del compañero de fórmula de Óscar Ortiz confirma la liviandad con que se encara una carrera política en Bolivia. Edwin Rodríguez, ex líder cívico y senador, tarde se dio cuenta de que una oposición fragmentada facilitaría la victoria del binomio inconstitucional. Tiró la toalla sin dar pelea y dando por sentado que Carlos Mesa es el único candidato que puede derrotar a Evo. O sea, valoró más ese supuesto favoritismo que su propia trayectoria como líder opositor. Algo no cuadra en esta intempestiva decisión.

Debo rectificarme por una opinión anterior. Pensé que el Tribunal Plurinacional Constitucional finalmente había achuntado un fallo al dejar de lado la obligatoriedad de renunciar a un cargo público antes de habilitarse como candidato. Si el presidente no lo hace, por qué debían hacerlo otras autoridades, era el razonamiento. Sin embargo, obvié el ‘detalle’ de la nueva violación a la Constitución en la que han incurrido estos magistrados al dictar ese fallo. ¿Cuánta más ignominia se puede tolerar?

Las cifras del INE reflejan una dura realidad para los jóvenes: la tasa de desempleo para ellos es más del doble que la del conjunto de la fuerza laboral. Los gurús –aquellos que nunca van a admitir una debilidad propia–, atribuyen esta situación a factores externos de desaceleración económica, pero todos sabemos que la rigidez de las normas laborales impide que las empresas y los jóvenes lleguen a un acuerdo de beneficio mutuo.

El Festival de Vinos y Quesos se despidió con su acostumbrada oferta de productos nacionales de alta calidad. Linda oportunidad para degustarlos y compartir con amigos. Cantando a todo pulmón: “Quiero comerte el corazón a besos”, de Los Nocheros, los asistentes disfrutaron de esta velada única de la noche cruceña, que ya alcanzó su madurez plena. Hasta el próximo año.

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