Opinión

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31 de octubre de 2018, 4:01 AM
31 de octubre de 2018, 4:01 AM

Son impactantes y dramáticas las fotografías y videos que circulan en las redes sociales en las que se muestra el calvario de decenas de personas que se ven obligadas a dormir en colas y a la intemperie durante las madrugadas para conseguir fichas de atención en el hospital Japonés. En respuesta, una autoridad departamental de salud atribuyó las filas a que no hay suficientes médicos y a la desatención gubernamental. De su lado, desde el Poder Ejecutivo central se dijo que las filas acabarán con el seguro de salud, a implementarse en 2019, y consideran que también se dan porque los pacientes acuden a los hospitales de tercer nivel para prestaciones que se deben dar en los de segundo y primer nivel. Sea cual sea la causa, este es un añejo problema y nadie toma el toro por las astas hasta ahora para evitar tanto malestar a la población que necesita atención. Solo hay excusas, promesas o unos se culpan a otros.

Evo Morales entregó ayer los certificados y permisos de operación de los puertos Jennefer, Aguirre y Gravetal, lo que implica un paso fundamental para la salida de mercadería boliviana al océano Atlántico. Es una buena señal después de la frustración por la derrota de la demanda marítima ante La Haya, como lo fue el ingreso reciente de una carga nacional por puerto Ilo. Lo deseable es que sigan las acciones concretas para desarrollar ambas salidas y no resulten solo un golpe de efecto pasajero para contener la decepción por lo ocurrido en el Tribunal Internacional de Justicia.

Boca tiene la gran chance de clasificar a la final de la Libertadores si empata o pierde por menos de dos goles. Volveremos a estar esta noche pegados a la televisión por si Lampe tiene la gran chance de atajar o festejar el pase a la final de la Copa. Hay gran expectativa.

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