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5 de agosto de 2019, 3:00 AM
5 de agosto de 2019, 3:00 AM

Más de Bs 1.000 millones es la deuda de las empresas a las AFP por los aportes de jubilación de los trabajadores. Las más morosas son compañías que ya ni siquiera existen, como Aerosur o el Lloyd Aéreo Boliviano, entre otras muchas que sí permanecen, pero que optan por una serie de triquiñuelas para evitar el depósito de esos recursos económicos. En cambio, mes a mes sí se descuenta el aporte para las AFP a todos los asalariados. Las empresas deberían ser solamente el puente entre el fondo de pensiones y el trabajador. Sin embargo, está visto que hay casos en los que se esa función se distorsiona y raya en el delito. Si los trabajadores aportan no existe razón para que la empresa no deposite y no hay desaceleración económica que justifique lo contrario porque es dinero del obrero y no del empresario.

Santa Cruz no luce bien. La ciudad, que está en los llanos y que podría ser hermosa y acogedora, se ha convertido en un espacio hostil: hay exceso de vehículos de transporte público y privado; obras desconsideradas con el conductor en las avenidas más importantes que causan caos vehicular a toda hora; no hay suficiente limpieza. En el centro urbano hay un enredo de cables que afea el panorama. El Municipio, con tantas áreas y tantos funcionarios, debería cuidar de que la ciudad luzca bella siempre. Al ciudadano le toca ser más respetuoso y dejar de creer que vive bajo la ley de la selva, ya que aparte de la poco agraciada apariencia de la urbe, se encuentra el ‘no me importismo’ de sus habitantes, que solo piensan en su propio bienestar y circunstancias, distorsionando los valores de hospitalidad y amistad que caracterizan a los cruceños que nacieron y que decidieron vivir aquí.

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