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21 de mayo de 2019, 4:00 AM
21 de mayo de 2019, 4:00 AM

Hace algunos días tuve la oportunidad de volver a conversar vía telefónica con un gran amigo y compañero de partido en su momento, el Dr. Reynaldo Peters. Fue ocasión para reflexionar con un gran jurista de la realidad crítica que vive nuestro país en lo referido a derechos fundamentales. En la tertulia, trajo a colación un hecho histórico, que hoy se ha convertido en un referente internacional, el Habeas Corpus en “papel higiénico” redactado por Reynaldo a efecto de su privación de libertad con fines políticos durante el inicio del régimen militar de Hugo Banzer Suárez el año 1972.

Después de 47 años del acontecimiento, es bueno recordar que el bien más preciado que tiene el ser humano, es su libertad. Y es que precisamente, uno de los valores que los regímenes autoritarios persiguen para someter al pueblo, es el valor de la libertad en todas sus dimensiones. Peters estuvo privado de su libertad, por oponerse al acuerdo entre la Falange y el MNR, que promovieron en golpe militar al Gobierno de Juan José Torrez. La detención, evidentemente ilegal, lo mantuvo incomunicado y con un trato infrahumano en una celda del antiguo Departamento de Orden Político (DOP), que se convirtió en el principal órgano represivo del régimen. En su desesperación Peters, logó improvisar un lápiz, construido con un ‘palito’ y una mina de lapicero viejo que encontró en la celda y, con el rollo de papel higiénico que compartía con sus compañeros de celda, elaboró un documento que se escribió en el papel higiénico, apelando al recurso de Habeas Corpus, que ya se había incluido en la constitución de 1967.

Este documento permitió que el país se entere de las detenciones ilegales, se libere a los prisioneros políticos y que finalmente Peters, después de un año detenido, sea liberado.

El “Habeas Corpus en papel higiénico” hoy es reconocido por la UNESCO como parte de los documentos que forman parte de la Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe. Considero importante este acontecimiento para reflexionar sobre los abusos de la justicia en Bolivia como brazo represor político del régimen de Evo Morales; porque desde 2008 y como consecuencia de la confrontación política ideológica que vivió el país con el ascenso al poder de Evo Morales y el MAS, se vienen cometiendo una serie de atropellos a la libertad de las personas. Si bien es cierto que la nueva Constitución de 2009, en su art. 125, mantiene el espíritu histórico con el que nace el principio del Habeas Corpus, en la denominación Acción de libertad; en la formalidad, es un principio permanentemente vulnerado por las autoridades judiciales en ejercicio. Los altos índices de corrupción identificados en el Órgano Judicial, su falta de independencia y la alta burocratización procesal, son la causa de que muchos ciudadanos estén pasando por situaciones de privación de libertad sin ningún tipo de sentencia. Se utiliza la privación de libertad como medida cautelar y sustitutiva hasta que se desarrollen los procesos judiciales. En nuestro país, según informe publicado en ANF (Alanes, Zulema. 2018), siete de cada 10 privados de libertad están detenidos sin sentencia.

De igual manera, existen casos emblemáticos como los acusados del caso terrorismo del 2008, el caso Porvenir del mismo año, donde claramente existen personas privadas de libertad sin sentencia y muchas otras con orden de detención que se encuentran en el exilio. En una democracia, la libertad de las personas es una garantía fundamental que debe ser practicada de manera efectiva. Cuando se vulnera, la democracia se corrompe, pierde su calidad y sus cualidades; el régimen se convierte en una autocracia, donde no existe justicia y desaparece el Estado de Derecho. Bolivia es una democracia que se reconoce dentro de un Estado de Derecho, por lo que su base de legitimidad no solamente se sostiene en el voto, sino también en el cumplimiento del orden jurídico formal. Hoy el Estado de Derecho se ha debilitado, por lo tanto, estamos viviendo en una democracia enclenque.

Los más de 14 años en el poder de un solo hombre y partido con el control absoluto del parlamento, ha destruido los contrapesos propios de una democracia formal. El poder Ejecutivo -Evo y sus ministros- no solo administran el Estado, sino que legislan y definen lo que se juzga y como se dicta sentencia. En estos escenarios, la Acción de libertad se ha convertido en un saludo a la bandera. En 1972, el Habeas Corpus en papel higiénico de Reynaldo Peters sirvió para movilizar a los ciudadanos y lograr la libertad de presos políticos. Hoy las leyes se usan con fines políticos, no para hacer y aplicar justicia. La propia Constitución es manipulada por el régimen para sus fines políticos; nuestra Carta Magna en muchos casos se ha convertido en el papel higiénico del Gobierno de turno.

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