La detención de la hija de Alberto Fujimori por el escándalo de Odebrecht le abrió paso a su hermano, Kenji Fujimori

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13 de noviembre de 2018, 4:00 AM
13 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Con Keiko Fujimori en prisión, el fujimorismo debe decidir quién toma las riendas del partido más votado de Perú: su hermano y rival Kenji o alguien ajeno a la familia que domina la política peruana desde hace tres décadas.

Keiko, de 43 años, permanece en prisión preventiva por 36 meses desde hace casi dos semanas acusada de recibir aportes ilegales de campaña de la empresa brasileña Odebrecht. Esto amenaza su aspiración de ser candidata presidencial por tercera vez en 2021, aunque su abogada ha presentado apelaciones para que sea liberada.

“Con Keiko no hay futuro político para el fujimorismo”, asegura a la AFP el analista político Juan Carlos Tafur.

Con la odisea judicial de Keiko, el partido fujimorista Fuerza Popular (derecha populista), que controla el Congreso peruano, se sumió en una crisis interna que puede derivar en un quiebre, tras haber sido por años una fuerza monolítica. Mientras el partido está en la orfandad, el patriarca del clan, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), permanece en calidad de detenido en una clínica desde que el 3 de octubre la justicia anuló un indulto a su favor, y ordenó su vuelta a prisión.

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