El Gobierno ecuatoriano revocó el asilo y la nacionalidad del fundador de WikiLeaks y fue arrestado por la Policía británica. Elogios y críticas por decisión de autoridades

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12 de abril de 2019, 4:00 AM
12 de abril de 2019, 4:00 AM

Julian Assange, fundador de WikiLeaks, fue detenido ayer por la Policía británica tras ser despojado del asilo y la nacionalidad por Ecuador, en cuya embajada llevaba refugiado más de seis años, y enfrenta una petición de extradición para ser juzgado en Estados Unidos.

“Le hemos quitado el asilo a este malcriado y ventajosamente nos hemos librado de una piedra en el zapato”, dijo el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, durante un acto en la ciudad de Latacunga (sur), asegurando que Assange llegó a manchar con sus excrementos la embajada de Quito en Londres.

“De ahora en adelante tendremos mucho cuidado de dar asilo (...) a gente que realmente valga la pena y no a miserables hackers, cuya única intención es desestabilizar Gobiernos”, agregó.

“Su conducta ha sido irrespetuosa, inclusive (...) este señor con sus heces fecales manchaba las paredes de la embajada, la casa de los ecuatorianos, el territorio ecuatoriano en Londres”, manifestó.

Delgado y desaliñado, con larga barba blanca y el cabello recogido en una cola, el australiano, de 47 años, fue sacado a rastras ayer por la mañana de la legación diplomática por seis agentes de paisano que lo introdujeron en un furgón policial.

La plataforma WikiLeaks, famosa desde que en 2010 difundió cientos de miles de documentos secretos del Ejército y la diplomacia de Estados Unidos, llevaba días advirtiendo de que su fundador iba a ser expulsado.

Tras su detención, el Departamento de Justicia estadounidense anunció que pidió su extradición para juzgarlo por “conspiración para cometer intrusión informática” por haber ayudado a la exanalista de inteligencia Chelsea Manning a obtener una contraseña para acceder a miles de documentos de defensa confidenciales, y luego divulgarlos.

Pese a que Assange y sus defensores temen que pueda ser condenado a la pena de muerte en EEUU por traición o divulgación de secretos, Washington aseguró que solo afronta hasta cinco años de cárcel.

Esta noticia llegaba a Londres al mismo tiempo que Assange, vestido con camisa y chaqueta oscura, comparecía ante un tribunal en actitud provocadora.

Hizo un gesto a la prensa con el pulgar hacia arriba y se puso a leer el libro La historia del Estado de Seguridad Nacional, del estadounidense Gore Vidal, antes del inicio de una audiencia en la cual fue declarado culpable de uno de los cargos: haber violado su libertad condicional británica en 2012. El australiano rechazó ser entregado a la justicia estadounidense y permanecerá detenido en Londres hasta una vista judicial el 2 de mayo.

Su equipo legal “impugnará y luchará” contra la extradición a EEUU, dijo después su abogada, Jennifer Robison, expresando preocupación por su frágil estado de salud. Mientras el redactor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, aseguraba que Assange solo es culpable de “conspiración para cometer periodismo”.

La primera ministra británica, Theresa May, afirmó en el Parlamento que la detención de Assange demuestra que “nadie está por encima de la ley” en el Reino Unido. “Estoy segura que esta cámara da la bienvenida a la noticia de que la Policía metropolitana ha arrestado a Julian Assange”, dijo May en los Comunes, entre gritos de aprobación por parte de los diputados.

Pedido de extradición

Las autoridades británicas lo requerían desde hace años por violación de su libertad condicional cuando el 19 de junio de 2012 entró en la legación ecuatoriana para escapar a una extradición a Suecia por acusaciones de presuntos delitos sexuales que acabaron siendo archivadas.

Pero en cuanto llegó a la comisaría, el peor temor de Assange se hizo realidad: allí fue detenido una segunda vez “en nombre de las autoridades estadounidenses”, que habían silenciado hasta ahora los cargos contra él.

Ya en 2012, Assange afirmó que las acusaciones presentadas en Suecia no eran más que un plan de EEUU para lograr extraditarlo y juzgarlo por la publicación de los documentos, que pusieron a Washington en un aprieto.

El entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, aceptó este argumento y tras dos meses en la embajada le otorgó el asilo diplomático en agosto de 2012.

Ecuador no sabía que EEUU había presentado al Reino Unido una petición de extradición contra Julian Assange, y su decisión de anularle el asilo fue tomada “independientemente de cualquier consideración en ese sentido”, aseguró el ministro de Exteriores, José Valencia.

“Sobre si Ecuador conocía si había, o no, un pedido de extradición en contra del Sr. Assange una vez saliera de la embajada, la respuesta es clara: ¡No!”, dijo tajante el ministro en respuesta a una pregunta de EFE durante un encuentro ayer con varios medios internacionales.

“No teníamos conocimiento de que hubiera ningún pedido al respecto, así que la decisión de Ecuador se tomó independientemente de cualquier consideración en ese sentido”, puntualizó.

La relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, aseguró que la decisión de Ecuador de facilitar el arresto de Assange pone al fundador de WikiLeaks en riesgo de sufrir serias violaciones de los derechos humanos.

Críticas a la decisión

Julian Assange es objeto de una “persecución política” de Estados Unidos, afirmó en Madrid uno de sus abogados, Baltasar Garzón, quien acusó al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, de mentir para justificar el retiro del asilo.

“Las amenazas contra Julian Assange por razones políticas, la persecución desde EEUU, están más vigentes que nunca”, indicó ante la prensa Garzón, quien se presenta como “el coordinador de las defensas” de Assange desde julio de 2012.

“Es una clara persecución política, que arranca precisamente de la publicación masiva por parte de WikiLeaks en 2010 de cables y de informaciones muy graves” sobre violaciones de derechos humanos, “corrupción y de graves delitos en la guerra de Irak”, declaró Garzón.

Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, condenó la detención, que consideró una “violación a la libertad de expresión”. “Condenamos enérgicamente la detención de #JulianAssange y la violación a la libertad de expresión”, escribió el mandatario en Twitter, al expresar su solidaridad “con este hermano que es perseguido por el Gobierno de #EEUU por revelar sus violaciones a los derechos humanos, asesinatos de civiles y espionaje diplomático”.

El exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), el estadounidense Edward Snowden, refugiado en Rusia, calificó ayer de “momento negro” para la libertad de prensa la detención del fundador de WikiLeaks.

“Los críticos de Assange pueden alegrarse, pero este es un momento negro para la libertad de prensa”, afirmó en su cuenta oficial de la red social Twitter.

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