En la actividad masiva de donación, impulsada por escolares del colegio Franco Boliviano, 20 varones entregaron sus cabelleras. Con todo lo recaudado se harán dos entregas, una en junio y la otra en noviembre

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7 de mayo de 2019, 9:00 AM
7 de mayo de 2019, 9:00 AM

“La verdad que es una sensación única saber que con solo tiempo y pasión podemos cambiar vidas”, destaca José Miguel Kadima, quien por segundo año consecutivo participa de la actividad, Trenzando Sonrisas, una iniciativa solidaria, que elabora pelucas para entregarlas a las mujeres que luchan contra el cáncer. Este fin de semana se realizó la maratón para recaudar cabello. Hasta las instalaciones del Colegio Franco Boliviano llegaron centenares de personas, lo que permitió superar las expectativas, se recibieron 700 donaciones, esta cifra es muy alentadora ya que por poco se duplica lo conseguido el año pasado, cuando 450 personas se dejaron cortar el pelo por esta noble causa.

Empatía

Fernando Acevedo hace más de un año que vivió prácticamente en el Oncológico, acompañando a su padre, José Fernando, a recibir tratamiento contra el cáncer de colon. En este transcurso conoció decenas de historias de pacientes, principalmente mujeres, que luchan contra este mal. “Mi padre es sobreviviente del cáncer. Ahora está completamente sano. Vi tantas mujeres, niñas y bebés sufrir, así que lo menos que pude hacer fue donar mi cabello”, destaca. Como es de suponer, la gran mayoría de donantes son mujeres. Aunque este año llamó la atención que 20 varones entregaron su cabellera para ayudar a las féminas que sufren la caída de su pelo por efecto secundario de las quimioterapias, tratamiento para superar este mal.

“Tejer me cambio la vida”

Estefanía Asbún el año pasado entregó la primera peluca que tejió. Aunque hasta aquel momento no sabía la importancia de su trabajo. “Cuando tuvimos la oportunidad de escuchar a las mujeres que iban a recibir las pelucas, fue un momento muy emotivo. Le dio un cambio de 90 grados a mi vida y a mi forma de pensar. Las cosas que antes veía indispensables, ahora no lo son”, expresa. Todo esto la motivó a continuar con este trabajo. Este año es una de las guías para enseñar a las nuevas voluntarias. Por su parte, Kadima, el 2018, fue el primer varón en animarse a sumarse a esta labor. “Sabía que tenía que ayudar. Ser el único hombre no me desmotivó”, cuenta.

Primera entrega del año

Una de las impulsoras de la actividad, Ángela Nieme, comentó que todos los tejedores ultiman detalles pues la primera entrega del año, de 90 pelucas, será dentro de poco, en junio. La segunda entrega, de igual cantidad, será en noviembre.