También se contabilizan 13.200 hectáreas de cultivos perdidos por las lluvias. Comunidades en Reyes esperan que en estos días llegue la riada. En Caranavi, familiares de desaparecidos solicitan autobombas para continuar con la búsqueda

El Deber logo
11 de febrero de 2019, 4:00 AM
11 de febrero de 2019, 4:00 AM

Un total de 13.283 familias afectadas, 20 personas fallecidas, 12 desaparecidas y 13.200 hectáreas de cultivos dañadas es el resultado que han causado, en 38 municipios, las torrenciales lluvias que han azotado al país hasta la fecha.

El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, detalló que del total de afectados, “son 4.436 familias damnificadas que han perdido todas sus pertenencias, en 22 municipios declarados en desastre y 16 en emergencia. La mayoría de ellos en Potosí, La Paz y Santa Cruz. Mientras tanto, se desplazaron 52 toneladas de ayuda humanitaria en todos estos municipios”, dijo la autoridad.

Señaló que varias instancias estatales ya están trabajando para restablecer la pérdida de sus enseres de los damnificados y cultivos, la habilitación de carreteras y la búsqueda de desaparecidos en el sector Puente Armas de la ruta a Caranavi.

En el último punto, el ministro de Defensa señaló que un equipo de búsqueda y rescate especializado en agua, de la Armada Boliviana, continuará por lo menos por una semana más haciendo un barrido de unos 10 kilómetros río abajo, buscando a los desaparecidos del derrumbe en la ruta a Caranavi (La Paz). De la misma manera, la Policía y Bomberos están en el lugar para actuar en búsqueda y rescate, mientras se remueve la tierra que sepultó vehículos y a personas días atrás.

Zavaleta señaló también que luego de restablecida la carretera Caranavi-Yolosa, los vuelos solidarios que se realizaron con un avión militar Hércules han concluido su misión, después de haber realizado unos 30 vuelos a Rurrenabaque, Ixiamas, San Borja y Alto Beni, y haber transportado a 2.325 personas y 18 toneladas de ayuda humanitaria.

Comunidades en Beni

Las aguas del río Beni continúan causando daño en comunidades indígenas y campesinas de municipios como Reyes, por lo que es difícil cuantificar el número de afectados. En este lugar todavía hay poblaciones a las que no llegó la riada y se espera que lo haga “en tres o cuatro días”.

El alcalde reyesano, José Roca, explicó que inicialmente se tenía a ocho comunidades que necesitaban ayuda. Con el paso de los días esa cifra subió a 35 y se estima que serán más, una vez que ese golpe de agua, que generó la emergencia en la provincia Ballivián el anterior fin de semana, continúe su paso por este territorio, que está rodeado de ríos. “Desde donde estamos, hay unos 500 kilómetros hasta nuestras últimas comunidades. A algunas es imposible llegar y estamos viendo cómo hacerlo”, dijo.

El buen clima que hizo en los últimos días ayudó a enfrentar la emergencia, ya que en Beni las inundaciones no solo se dan por las crecidas que “bajan” desde La Paz, Cochabamba e incluso Santa Cruz, sino también por lluvias que se prolongan hasta por horas, como sucedió en días previos al siniestro de la pasada semana.

En el caso de Reyes, hubo emergencias casi cada tres años en la última década: en 2011, en 2014 (la más grave) y esta, en la que el municipio más afectado de la provincia Ballivián fue San Borja, donde se lamentó pérdidas de la producción agrícola de más de tres mil familias.

En Rurrenabaque, el alcalde, Anacleto Dávalos, tampoco se animó a dar una cifra de gente que necesita ayuda. Hasta el sábado eran 172 familias y 792 personas, pero recién hoy se lanzará la cifra oficial. “En ‘Rurre’ fueron 80 horas de lluvia”, lamentó en alusión a que cuatro días de precipitaciones provocaron las primeras inundaciones y a ello se sumó la crecida del río Beni.

En San Borja, autoridades municipales continuaban recorriendo las comunidades porque, si bien el agua bajó, los habitantes pidieron auxilio al no tener agua potable. “Hervimos agua turbia o filtramos con métodos caseros. Hemos estado cinco días en el agua. No quisimos salir porque queríamos rescatar algo de nuestros animalitos”, contó Manuel Najaya, de Las Mercedes. A ellos, como al resto de los damnificados, se les llevó alimentos para distribuirlos en ollas comunes.

En la zona urbana de esta población se ha lamentado cortes de luz, debido a que dos postes cayeron por los derrumbes, según explicó Pablo Arias, responsables de relaciones públicas del municipio. Esa situación también dañó el único equipo de rayos X del hospital municipal.

El director de salud, Jorge Vaca, dijo que no contarán con el servicio, al menos 30 días, aunque se gestionará que sea menos. “Fue una baja de tensión que provocó que se quemen las tarjetas”, explicó.

Najaya aguarda una nueva riada. Dice que él y la comunidad ya identificaron lugares altos para ir en caso de emergencia. “¿Cambiarnos a otro lugar? Nunca, solo queremos vivir en paz y armonía con la naturaleza”.

Tags