Hay muchos casos de personas que se dedican a rescatar animales que vagan por las calles. Te contamos la historia de Hueso y cómo llegó al seno de un hogar en el que hoy es parte importante de la familia

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16 de agosto de 2019, 11:38 AM
16 de agosto de 2019, 11:38 AM

Adoptar un animal que viene de la calle es tal vez una tarea que muchos no se atreven a realizar.

El tema de las enfermedades que pueden tener, el espacio físico que hay que acondicionar para recibirlos y hasta lo económico, son aspectos que detienen a las personas, pero este no fue el caso de Yanine Peña y su esposo Herlan Llorenti, una pareja que tiene un amor infinito por los animales y que en este día, en que se celebra San Roque, compartieron la historia de Hueso, miembro importante de su familia y que los acompaña hace ya dos años.

"Desde su nombre tiene un por qué. Mi perrito era prácticamente un 'costal de huesos' cuando lo encontramos", recuerda Yanine que toma una silla para sentirse cómoda al momento de hablar de su 'ternurita', como ella lo llama. Contó que lo conoció cuando estaba de paseo junto a su pareja cerca al municipio de Cotoca.

El animalito estaba vagando por la carretera, apenas podía sostenerse en pie y pesaba poco más de 2 kilos. "Luego comprobamos que tenía un año de edad y en ese tiempo él debería haber pesado unos 9 kilos".

Yanine lo vió desde su automóvil en movimiento y le pidió a Herlan que frenara. Algo le nació en ese instante y supo que no podía irse dejándo a su nuevo amigo allí.

"Teníamos unos sándwiches y me acerqué a Hueso para darle de comer. Lo ví tan desvalido, no podía caminar, se arrastraba en sus patas traseras. Estaba lleno de garrapatas, una pena de verdad", cuenta esta joven que baja el tono de su voz al recordar tan triste cuadro.

Fue ahí cuando decide subirlo al vehículo y llevarlo a su casa. "Al principio fue muy difícil. El trabajo de la familia es fundamental. Mi esposo me ayudó bastante, cuando tenía que salir de la casa y él se quedaba, le pedía que me enviara fotografías para verificar cómo estaba siendo alimentado".

"Todos los días era un reto. Habían días en que creíamos que estaba bien pero al otro nuevamente presentaba problemas. Tal vez es por eso que hay gente que se cansa y se da por vencido cuando tratan de rescatar un animalito de la calle, pues es una tarea frustrante, difícil y muy cara", reflexiona.

Campañas de ayuda

Muchas familias que necesitan de ayuda para encarar el proceso de recuperación de un animal se ven obligados a pedir ayuda.A veces, por más voluntad que haya, no alcanza el presupuesto, por lo que realizar campañas es beneficioso.

También se destaca el hecho de que hay veterinarias que se suman a la tarea brindando descuentos o concediendo planes de pago para cubrir los gastos, "eso es muy destacable", puntualiza Yanine que ahora se muestra feliz con su amigo, con el que pasó noches largas esperando a que se mejore.

La joven dice sentirse agradecida con quienes posibilitaron que se haya recuperado a pleno para ser hoy parte importante de su familia.

Datos extraoficiales

Según datos extraoficiales, en Bolivia hay unos dos millones de perros callejeros, de los cuales se calcula que unos 400.000 están en Santa Cruz. Muchas personas amantes de los animales se dan a la tarea de rescatarlos, curarlos y darlos en adopción.

Atención gratuita

El Albergue Municipal para Canes y Felinos (barrio San Juan, zona de Guapilo) también trabaja en favor de las mascotas en problemas. Atiende un promedio de 500 consultas mensuales sin costo para los vecinos y sus mascotas. Los animalitos reciben tratamiento contra la sarna, infecciones, desparasitación y vacunas antirrábicas.

Hueso pesa 12 kilos actualmente. Cuando fue rescatado apenas y superaba los 2 kilos

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