Durante tres días se desarrolla el Cosquín Rock, festival de música rock que se lleva a cabo anualmente, en la provincia argentina de Córdoba

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11 de febrero de 2018, 11:13 AM
11 de febrero de 2018, 11:13 AM

Llegar no fue fácil. Cosquín rock, versión Córdoba, debutó con una noche mágica su mayoría de edad. Pasado el mediodía Santa María de Punilla un pueblo serrano de clima envidiable y paisajes sonoros comenzó a ser parte del rock, de nuevo. El fin de semana largo congestionó las rutas y las delegaciones de todo el país se mezclaban entre los controles policiales, los turistas jubiados y la fiebre del rock. Miles de jóvenes, y no tanto, serpenteaban la ruta hacia el ingreso. 

Agua, fernet, cerveza, choripán, asados y poleras de los grupos favoritos regaban el jardín del edén cordobés. Las banderas del rock comenzaron a flamear desde temprano.

Los atisbos del sol le daban la bienvenida a los grupos emergentes que desplegaron sus show en seis escenarios diferentes. En el principal Las Pelotas, ex Sumo, le devolvía la identidad al rock de Sudamérica con sus clásicos y legendarios himnos. 

Caída la noche Ciro y los Persas encendían el fuego de una experiencia larga y movida. El showman porteño desplegó a sus anchas todas las vocales y consonantes del género urbano. Me gusta el arte, decía mientras arrollaba sus clásicos, su histrionismo y su buen humor entre colegas y las 40.000 personas que se dieron cita en el gigante ex aeródromo serrano.

El turno llegó para un clásico con mayúsculas, Credence Clearwater Revisited, con sus clásicos que hicieron bailar y soñar con la nostalgia a los eternos rockeros de todos los tiempos. Suenan bien y se divierten haciéndolo. No les faltó comunicar nada y demostraron que pueden seguir en el camino un par de décadas más.

Cerca de la medianoche llegó un arrollador set de Skay y Los Fakires, similar al que ofreciera en Santa Cruz de la Sierra en noviembre pasado. Las alas del rock se habían desplegado en un escenario gigante con un sonido de estudio. 

 Luego y ante el amenazante cielo tormentoso Las pastillas del abuelo cerraron la primera noche con sus clásicos y todo el mensaje social que los mantiene más vivos y fuertes. El telón fue de agua, el cielo soltó su llanto sin piedad y las Pastillas seguían cerrando la primera noche vestida de largo.

No fue una versión más, sus 18 recién cumplidos, le dan el crédito a uno de los festivales más importantes del continente. Aguante Todo, Cosquín está de fiesta.