Puestas en escena y expresiones están, hasta hoy, en Latitudes 2019. El interés del público llamó la atención de organizadores. Santa Cruz se perfila como el centro de acción para estas manifestaciones

El Deber logo
19 de enero de 2019, 4:00 AM
19 de enero de 2019, 4:00 AM

La ciudad recibió el arte de las performances durante cinco días y en diferentes escenarios, con Latitudes 2019 Festival Internacional de Performance Art Santa Cruz de la Sierra. El encuentro termina hoy, después de haber dejado en la retina de los espectadores las expresiones artísticas de autores llegados de todas las latitudes del planeta. El cierre será a partir de las 16:00, en la Sala Cemento del Centro de la Cultura Plurinacional Santa Cruz (CCP).

Héctor Canonge es el gestor cultural, que deja su sello en la curaduría del evento, que se realiza por segundo año y toma a Santa Cruz como el centro de operaciones para despertar el sentido crítico hacia un arte contemporáneo vanguardista poco conocido dentro de las manifestaciones artísticas.

Las participaciones presentes en esta versión han sido pensadas minuciosamente por Canonge, que constantemente visita muestras en otras ciudades del mundo. Además, es director del Festival de Performance Art de Nueva York, lo que le dio la oportunidad de realizar invitaciones a artistas locales, nacionales e internacionales. En la muestra están artistas de Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y Asia.

Para que el evento se difunda a más personas, hoy, en el horario de 11:00 a 14:00, la Plaza del Estudiante será el espacio que reciba las intervenciones públicas de los participantes del festival, explicó Canonge.

En su desarrollo, el evento tuvo espacios dedicados al público, artistas consolidados y estudiantes de arte, como talleres y conversatorios. Allí, pudieron intervenir y dejar sorprendidos a los organizadores y a los protagonistas de las performances, por el interés y la respuesta mostrados.

La muestra arte vivo o arte de acción fue también el sitio de encuentro e intercambio para quienes participan. Al igual que en la anterior versión, lograron fructíferas conversaciones y compartieron sus experiencias, lo que a corto plazo se reflejará en invitaciones para intervenciones en otros países, fomentando la producción del arte, contó el gestor de Latitudes 2019.

“La idea de este tipo de encuentros es instituir una constancia, hablar de las maneras de hacerlo, fomentar la producción y difundir la performance en Santa Cruz”, aseguró Canonge.

Santa Cruz, estratégica

No solo porque para el gestor del festival la ciudad sea un sitio de reencuentro con sus recuerdos de infancia, sino porque la considera un nexo importante para la llegada de artistas. Destaca la ubicación estratégica, dentro de Latinoamérica, por estar al centro del cono sur, a donde es fácil llegar desde cualquier ubicación en el mundo.

Además, en las dos versiones del festival, ha visto un creciente interés para el que es necesario crear una agenda constante de difusión del arte vivo. “Este es mi lugar, quiero que sea mi nuevo hogar para aportar con lo que sé acerca del performance”, dijo.

Las manifestaciones

Concha Vidal, creadora española, presentó Hexe, bruja en alemán, una performance donde salen a relucir discursos basados en el tabú. “Esta es una interpretación para decirle a la sociedad, sobre todo a la patriarcal, lo que las mujeres con coraje pueden dejar de callar por miedo a ser diferentes, independientes, autónomas y libres”, detalló.

Describió que su intervención es una pieza de arte interdisciplinar y personal, que nace de su experiencia después de leer una tesis sobre la quema de brujas. En ella se combinan las artes plásticas, el videoarte, el teatro y la performance.

Juan Carlos Villalba, autor venezolano con residencia en España, también llevó al escenario una pieza de arte vivencial. “Mi intervención trata sobre eso que nos toca a muchos, de salir y dejar tu tierra. No por gusto o querer otras experiencias, sino obligado. Hay gente, como yo, que se siente en un limbo, siento que no pertenezco a ninguna parte. Tengo el corazón en dos sitios o en ningún sitio”, se sinceró.

Poniéndose en la piel del Señor Snorkel, Macjob Parabavis, de Venezuela, subió al escenario una piscina llena de agua y basura, donde se imagina la vida en la isla de plástico más grande del mundo. “Esa amenaza inminente en el norte del océano Pacífico es mi obsesión para mi ficción”, dijo.

La cruceña Isabel Jordán indicó que su performance lleva un mensaje de paz espiritual, de meditación y de encuentro consigo mismo, inspirado en la filosofía zen. “Un performance siempre nos da la oportunidad de tocar temas diferentes, esta vez me enfoqué en relajarme”, mencionó.

Tags