Cinco proyectos de ficción y tres documentales fueron los ganadores de la convocatoria de apoyo a la producción de largometrajes impulsada por el Programa de Intervenciones Urbanas del Ministerio de Planificación del Desarrollo

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11 de julio de 2019, 4:00 AM
11 de julio de 2019, 4:00 AM

Como un espaldarazo a la cinematografía boliviana, así recibieron la noticia los ganadores de ocho proyectos de largometrajes para su producción en el marco del desarrollo del Programa de Intervenciones Urbanas (PIU), dependiente del Ministerio de Planificación del Desarrollo.

Los premiados respondieron a una convocatoria que recibió 47 postulaciones. En la categoría de ficción los ganadores son: Loba, de Kiro Russo; Mi socio 2.0, de Leonel Fransezze; Perdidos en septiembre, de Rodrigo Ayala (Toborochi Films); El visitante, de Martín Boulocq y 98 segundos sin sombra, de Juan Pablo Richter Paz. En la categoría documental, El disco de piedra, de Geraldine Ovando de la Quintana; Yunkay: el paraíso de los sentidos, de Rosa Jalja de Ajpi, y La conquista de las ruinas, de Ariel Soto.

Quique Claros, responsable del área de Cine y Audiovisual del programa, destacó la diversidad de miradas sobre la realidad boliviana en cada uno de los trabajos ganadores. “Tenemos muchos guiones que exploran la Bolivia actual, la religión, la fe. Por ejemplo, en el trabajo de Boulocq, el amor en el mundo indígena; en el trabajo de Rosa, la memoria, la relación entre lo indígena, lo ancestral y lo moderno; lo actual, en el trabajo de Geraldine Ovando. Hay muchas miradas en la Bolivia de hoy y desde muy diversos puntos de vista y personajes que pueden contar historias muy bolivianas”, afirmó Claros.

“Es un fondo muy interesante porque es la primera vez que se trata de recursos sin retorno. Recordemos que lo que hacía el Conacine era dar préstamos de interés comercial. Esto es algo normal en otros países y ahora en Bolivia se está sentando un precedente de que el cine es un referente de la cultura de un país, que tiene que ser apoyado por el Estado”, expresó Rodrigo Ayala.

El cineasta tarijeño retornó luego de la trilogía de comedias que cerró con La huerta. En este caso, Perdidos en septiembre es un giro en su propuesta que pasa al drama. “Es la historia de Félix, un hombre que lucha por la relación con su hijo y por reivindicarse frente al medio. Es una película que quiere resaltar el contraste de la Bolivia de los años 80 y 90 y la de ahora, porque el protagonista es un resabio de esta generación”, añadió Ayala.

Por su parte, Juan Pablo Richter indicó que este apoyo va a ayudar a filmar la película en condiciones ideales, tanto técnicas como artísticas. “Eso me alegra mucho, que este fondo nos pone al nivel de nuestros coproductores, nos permite reforzarnos como producción boliviana y realizar un diálogo en condiciones más de igualdad, porque al ser Bolivia un país en el que no hay condiciones para trabajar, terminamos en desventaja”, mencionó el director paceño, cuyo nuevo proyecto se basa en la novela 98 segundos sin sombra, de Giovanna Rivero.

Luego del éxito cosechado con Viejo calavera (una de las películas más premiadas de la historia de Bolivia), Kiro Russo prepara La loba. Se trata de un filme que presenta dos historias completamente separadas. Una sucede en La Paz y la otra en Cochabamba, aunque sí tienen una relación temática y dialéctica entre sí. Russo manifestó que el apoyo llega en el mejor momento de su trabajo.