La diferencia entre exportaciones e importaciones alcanzaron $us 423 millones en el primer trimestre del año. Los empresarios afirman que la gestión será complicada por los bajos precios a escala global

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13 de mayo de 2019, 3:00 AM
13 de mayo de 2019, 3:00 AM

Sobre llovido, mojado. Así está la situación del sector exportador. Al primer trimestre de este año el saldo comercial negativo entre las ventas externas y las importaciones está en 129%, con relación al mismo periodo del año pasado. El escenario refleja también la mala situación que viven dos sectores claves, dentro de las exportaciones no tradicionales, como el cañero y soyero, que sufren una caída de precios a escala global, que ya dio sus primeros coletazos en Bolivia.

El 2019 será un año difícil, advierte el sector privado, y si no se no toman medidas paliativas, se vislumbra un panorama muy complicado.

El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Gonzalo Molina, dijo que es difícil revertir la situación, por existir un contexto internacional poco favorable por la caída de precios en productos como la soya y el azúcar.

Es más, recordó que desde hace cinco años la balanza comercial boliviana sufre déficit, al que atribuyó al congelamiento del precio del dólar y a la política de cupos, que implementó el Gobierno. “Nos estamos consumiendo las reservas internacionales por la mala gestión”, matizó.

Lo peor, según Molina, es que en los últimos tres años el sector propuso una serie de medidas en diferentes mesas de trabajo con el Gobierno, que al final nunca fueron tomadas en cuenta.

“Hemos realizado mesas de diálogo, y el Gobierno nunca ha implementado lo que se estableció. Fue un diálogo sordo”, dijo.

Entre las propuestas planteados por los empresarios estaban la de congelar los incrementos salariales, dejar la política de cupos que restringen las exportaciones, y flexibilizar la política monetaria, que mantiene fijo el costo del dólar.

Datos fríos

En frío, datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), dan cuentan de que en el primer trimestre las exportaciones totalizaron $us 1.983 millones, esto representa una caída de un 7% si se toman en cuenta las ventas externar registradas en 2018 (que llegaron a $us 2.121 millones).

En cambio, las importaciones, en el mismo trimestre, crecieron un 4%, si comparan los registros del año pasado, pasando de 2.306 millones a $us 2.406 millones.

Para Osvaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), los datos reflejan la pérdida de competitividad del país, frente a los productos de los vecinos.

Precisó que cada centavo que se deja de exportar es un golpe directo a los exportadores y por ello, planteó liberar el mercado interno del sector oleaginoso, que es controlado por el Estado, pese que la demanda interna llega solo al 20% de la producción.

“Se deben eliminar los cupos internos, porque el panorama es complicado”, señaló.

Pero también, dio cuenta de que el sector privado debe buscar una mayor productividad.

Dijo que la situación se puede revertir, pero para ello es necesario que se dejen de lado los celos políticos en el Gobierno.

En marzo, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, señaló que el Estado estima que el déficit va a ir achicándose, gracias a las actividades de las empresas estatales.

“Primero, porque hay un esquema de producción que va a permitir ampliar las exportaciones y sustituir las importaciones. Al darse estos dos hechos, el déficit tendrá que ir reduciéndose”, señaló esa vez Ramos.