Hacienda. Llevó la batuta de las finanzas del Gobierno de Evo Morales por más de 11 años. Ratificó la solvencia del modelo social-comunitario. Instó a los privados a invertir en innovar

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18 de noviembre de 2018, 4:00 AM
18 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Dedicado a un rol académico, y visiblemente optimista, el exministro de Economía y Finanzas Luis Alberto Arce mira los resultados del modelo económico, social, comunitario y productivo que se impulsó durante sus 11 años de gestión, convencido de que ayudó a crecer la economía, y de que continuará haciéndolo, si se sigue aplicando.

Respecto a la determinación de dejar de vender dólares al por menor por parte del Banco Central de Bolivia (BCB), que despertó cierta especulación en la ciudadanía, señaló que se debió más al trabajo de ciertos operadores políticos a través de redes sociales, y acusó una falta de orientación en los medios de comunicación.

Para Arce, los resultados son ‘innegables’, en cuanto a crecimiento económico; exportaciones, importaciones, salarios, ahorros y vivienda social. Reconoce que hubo gasto de las reservas internacionales, pero dice que son como el dinero guardado en el ‘colchón’ de la abuela, que se utiliza para los momentos difíciles.

Esos momentos complicados, se dieron en 2014, con la caída de los precios de las materias primas, cuando el barril de petróleo cayó a $us 48, y continuaría a la baja hasta $us 28, en 2016. A escala nacional, las primeras pérdidas se registraron en el primer cuatrimestre de 2015, cuando las exportaciones disminuyeron en $us 1.174 millones, según datos del INE. Para 2017, el precio WTI del barril de petróleo se recuperó a $us 50, y representó una recuperación de casi $us 250 millones.

En coincidencia, las Reservas Internacionales Netas (RIN), cayeron en un 42,3%, de diciembre de 2014 a septiembre de 2018; es decir, de $us 15.125 millones a $us 8.729 millones.

Arce, lo minimiza cuando aclara que en 2005 las reservas eran $us 1.700 millones, “y nadie se asustaba, ahora que estamos por encima de los $us 8.000 millones, quieren causar confusión”.

Admite que se gastaron, pero aclara que tampoco son para acumularlas de manera indefinida, se usan cuando se necesitan. “Nadie ha dicho que cuantas más reservas mejor, si tuviéramos $us 100.000 millones ¿seríamos los mejores?, la plata está para usarse cuando se necesita”, dijo.

Otro aspecto, cuestionado por los sectores privados es la importación de alimentos, que en 12 años casi se triplicaron en términos de valor, pasando de $us 237 millones en 2006 a $us 626 millones en 2017, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Ante estos datos, Arce responde con otros; afirma que en los años de crisis que enfrentó el actual Gobierno, el Estado siguió invirtiendo e importando bienes de capital, que ascienden a más de $us 9.000 millones; de lo importado el 80% son bienes de capital e insumos para la industria.

“Pagamos eso con las exportaciones, pero como cayeron, usamos las reservas. Cuando uno escucha a los opinadores que importamos bienes de consumo (alimentos), sí, pero es un 15 o 20%. Ahora, si esto es así, estamos utilizando bien las reservas”, dijo.

De acuerdo a datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Bolivia está entre los países con las menores tasas de productividad laboral en la región; solo alcanza el 9,4% de la productividad laboral de Estados Unidos y solo creció en un 20% durante los últimos 25 años (contra un 90% de Chile y un 60% de Perú).

Estos datos, son relativos según Arce, y los atribuye a que en los años 70’ y hasta el 2000, el país perdió competitividad como resultado de 30 años perdidos, por las dictaduras y las ‘recetas’ neoliberales, ante lo que el Gobierno ayudó a incrementar en un punto, en la última década. Señaló además que hay dos componentes de competitividad en el plano empresarial: capital y trabajo.

“Todos apuntan al trabajo. Pero ¿Qué hacen los empresarios por mejorar su capital, mejor tecnología, procesos productivos”, interrogó. Para Arce, con un historial crítico hacia los empresarios, responden a un viejo esquema en el que los empresarios “quieren invertir Bs 100 y ganar Bs 200”, mientras que hay una nueva generación que invierte en capacitación. “Mientras los uno se quejan, los más jóvenes tienen emprendimientos novedosos, como la exportación de gomas recicladas al Paraguay”, cuenta el exministro en alusión a una iniciativa que conoció en una feria productiva.

Respecto a la biotecnología, es decir, el uso de semillas transgénicas en productos como maíz o soya, para Arce es un tema en el que los empresarios “se cierran”, siendo que su efecto en la salud es un tema de debate a escala global.

Apunta a que hay unos artículos que dicen que son nocivos, otros que no hacen nada. Cuestiona además que no invierten en riego, y esperan que todo lo haga el Estado. “¿Por qué no se invierte en riego, o en ciencia y tecnología?, investigar en abono para mejorar la calidad de la tierra, y por ende, el producto final. En las ferias he visto como hay paneles solares a $us 1.400 para generar energía para bombas de agua. No son grandes montos. No son $us 14.000 o $us 1 millón”, cuestionó.

Sobre el tema, añadió que los trámites no son un problema, y los calificó de pretextos para justificar la baja productividad.

Consultado respecto a las restricciones de las exportaciones, que es otro elemento que generó descontento en el sector agroexportador, desde la aplicación de restricciones en 2011, Arce resta legimitidad a estudios que indican que la producción actual cubre con el 20% la demanda interna, y tiene otro 80% para la exportación.

“Cuando les dimos el permiso de exportación de azúcar, se acabó el azúcar y el Estado tuvo que importar de otros países”, recordó.

El economista formado en la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa), destaca que la economía boliviana debe su crecimiento económico, a la demanda interna, con lo que descarta críticas que apuntan al rentismo del país, que se evidencia en la disminución de ingreso por efecto de la baja del precio internacional de materias primas.

“La demanda interna está creciendo. No creo que represente solo un 20% de la producción actual. ¿Por qué quieren exportar grano? ¿No pueden industrializarlo? Eso es invertir, arriesgar dinero, eso es lo que no quieren, vender granos es fácil. Nos compran soya para hacer alimento balanceado. Es que hay que darle un cambio a la lógica del empresariado. Industrializar, y esa es la lógica del Gobierno”, destacó.

 _¿Cómo evalúa el impacto de la suspensión de la venta minorista de dólares del BCB?

Hay una tendencia en las redes y los medios a quitarle el optimismo sobre la economía. Hay temas que están en la nebulosa y puede afectar en su decisión. ¿La política influye? Sí, la política disfrazada como un meme. Estando en Santa Cruz me llegaron mensajes de que iba a haber devaluación. Creo que la lección para la gente, es que no todo lo que dicen las redes es verdad. Los economistas no lo toman en serio, pero la gente que no está pendiente de las noticias, y recibe este tipo de información, puede causarle preocupación; ahí es cuando deben entrar los medios de comunicación para guiarlos, pero creo que eso tampoco se está haciendo.

_Tomando en cuenta la pérdida de Bs 2.000 millones estimado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) en 11 empresas, en el periodo entre 2007 y 2016, ¿Cómo evalúa el comportamiento de las empresas estatales?

Las empresas públicas se crean para generar excedentes económicos para redistribuir. Coincido con el principio de que empresa que no genere excedentes tiene que cerrarse. El hecho que tengamos una empresa que no genere utilidades es una carga. Por esto se cerraron Correos de Bolivia (Ecobol) y Empresa Pública Nacional Estratégica de Textiles (Enatex). Pero a nivel general, sobran los dedos para referirnos a empresas que están mal. Escuché decir que la Empresa Pública Nacional Estratégica Papeles de Bolivia (Papelbol), eso es querer forzar los datos. Lo que dice por ejemplo (José Luis) Parada, que el 70% del presupuesto nacional lo maneja el Estado, pero no toma en cuenta que de esa cantidad el 30% va dirigido a empresas públicas, que generan ingresos. Hay mucho hígado y poco cerebro en estas declaraciones.

_¿Qué resultados dio el incentivo al crédito productivo y de vivienda social?

El Crédito productivo está cerca de los $us 10.000 millones. En 2005 era $us 1.100 millones. Entonces estamos ante una Bolivia que produce más. En el caso de la vivienda social, ese programa empezó de cero, y ahora está llegando a los $us 3.000 millones en créditos, beneficiando a más de 60.000 familias.En 2005 el país tenía $us 3.800 millones en ahorro, ahora estamos cerca de los $us 27.000 millones. Lo que nos indica es que existe la necesidad de profundizar el proceso redistributivo. Como el segundo aguinaldo. Eso va a generar una mayor capacidad de ahorro.

Al cierre de la entrevista Arce reitera la importancia de darle continuidad al modelo productivo actual, y la redistribución de los recursos económicos que se viene generando a través de bonos, y beneficio al sector privado, siendo la banca un ejemplo de esto.

PERFIL

Nació en La Paz, Bolivia, el 28 de septiembre de 1963. Es licenciado en Economía, en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Se graduó como Contador General en el Instituto de Educación Bancaria. Es Master en Ciencias Económicas (MSc in Economics) de la Universidad de Warwick, Inglaterra. Desarrolló su carrera profesional en el Banco Central de Bolivia (BCB), desde 1987 hasta enero de 2006.