La Ley de Cine representa un hito para la industria en el país en un momento de alta producción. Los alcances de la norma aún mantienen escépticos a algunos cineastas

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29 de marzo de 2019, 19:43 PM
29 de marzo de 2019, 19:43 PM

Se conoce como cine posible a la corriente alternativa al cine indigenista boliviano, que se desarrolló en la década de los 70 y tuvo al filme Chuquiago, de Antonio Eguino como su principal referente. La cinta se situó también en un momento de cambios sustanciales para la cinematografía nacional, con la creación del Consejo Nacional Autónomo del Cine (Conacine), entre cuyos objetivos se encontraban el de garantizar la obtención de recursos para el financiamiento de las producciones.

Ha pasado mucha agua debajo del río desde entonces. Más de 40 años después, el cine boliviano se encuentra inmerso en una época que muchos la consideran de grandes oportunidades de crecimiento, una especie de nuevo cine posible, a partir de una considerable cantidad de filmes realizados en los últimos años y, sobre todo, desde la promulgación de la Ley del Cine, en diciembre de 2018, un viejo anhelo de todo el sector.

Para llegar a este punto, la Ley del Cine y Arte Audiovisual encontró a cineastas y productores del país con diferencias de criterios y prioridades, varias de ellas aún no han quedado resueltas. La lucha se inició mediante congresos que se desarrollaron en los principales departamentos del país. Hoy se aguarda por su reglamentación, como también por la elección de la nueva autoridad Agencia de Desarrollo del Cine y Audiovisuales Bolivianos (Adecine), que remplazará al Consejo Nacional del Cine (Conacine).

“Falta mucho trabajo, sobre todo, donde todos quieren meter mano: la normativa. Yo esperaría que esta ley se haga efectiva y se vaya, al mismo tiempo, detectando sus fallas, mejorarla lo más posible en la medida que se la va aplicando.

Es una nueva ley que tiene que ir madurando y adaptándose a los propios retos del sector y del país. Y no es algo menor. Por otro lado, deberá permitir una renovación, que es ya muy necesaria en esos cargos burocrático-administrativos, que tienen el rol de actualizar y dinamizar al cine boliviano”, indica el productor y director Diego Mondaca.

Por su parte, el director de Averno, Marcos Loayza, asegura que la promulgación de la ley representa un importante avance para la cinematografía boliviana, ya que se podrá contar con un “dinero estable” para realizar producciones cinematográficas. “Con la anterior norma (la Ley general de cine) no se tenía un fomento ‘real’, pues se prestaba dinero al sector, el cual en algunos casos llegó a pagar hasta 34% por intereses, o no llegaban a invertirse realmente en el cine, sino en otras cosas, como viajes”, afirma Loayza.

Para este año se anuncia el estreno del largometraje Santa Clara, la segunda película del director Pedro Antonio Gutiérrez

Atribuciones

El artículo 15 menciona la creación de un Fondo de Fomento al Cine y Arte Audiovisual Boliviano, destinado al desarrollo, la producción y la posproducción de obras audiovisuales. El fondo será administrado por Adecine, a partir de la creación de un directorio integrado por representantes de los ministerios de Culturas, Educación y Comunicación y dos representantes de los productores de cine. El encargado de administrar los recursos será elegido de una terna que será elevada por los cineastas al Gobierno central.

“Al cerrarse, el Conacine ha dejado una enorme lista de pendientes, tanto por la histó- rica deuda que arrastra el fondo de crédito de 1991, como su inoperancia técnica y administrativa de más de cinco años. Entonces Adecine se debe conformar con varias unidades técnicas, incluida la del Fondo de Fomento. Todo eso pasa por trabajar en la reglamentación y el éxito dependerá que sea trabajo conjunto con el sector civil.

Desde hace años estamos planteando desde las regiones hacer un nuevo Congreso Nacional del Cine, que a mi parecer debería ser vinculante con el reglamento”, puntualiza el productor Gerardo Guerra, representante de la Asociación de Cineastas de Santa Cruz (Ascinescz). La institución ha presentado una lista de 27 proyectos y actividades audiovisuales que se desarrollan con participación de sus asociados.

Alejandro Fuentes, presidente de la asociación, informa que sus aportes fueron reconocidos por diferentes organizaciones audiovisuales del país. Ahora refuerzan esa colaboración con los proyectos anunciados. Los títulos están en diferentes etapas de la cadena cinematográfica. Ascinescz también presentó un primer borrador con propuestas y observaciones, basadas en un trabajo de varios años de este proceso de ley.

“Nos preocupa que se cometa el mismo error que en la promulgación de la ley, en la que, en el afán de sacarla de una vez, los abogados o asesores no tomaron en cuenta consideraciones técnicas y solamente fueron por el lado jurídico y político”, añade Guerra. Loayza considera que, con una mejor producción, los espectadores se interesarán más en el cine nacional.

Con alrededor de 15 filmes anunciados para estrenarse en 2019 (en el Día del Cine Boliviano se estrenó Avaroa, sol de gloria), más un número similar de cintas que se vieron el año pasado, tenemos una prueba de que la gente se está ‘reconciliando” con el cine nacional. Sin embargo, el director lamentó que no haya escuelas de guionistas, debido a que los tiempos han cambiado y se requiere de guiones actuales y un debate entre dramaturgos y quienes hacen los libretos, lo cual dijo es una gran debilidad para el sector.

Mondaca finaliza: “Todos esperamos que la Ley del Cine sea un impulso a la formación, producción y distribución de nuestro cine, que posibilite una seguridad laboral para todo el gremio, como también colabore y participe en la formación constante, fortaleciendo y dando futuro a nuestro cine, a nuestra memoria visual boliviana. Un país sin imágenes es un país sin memoria, proclive siempre a tropezar. El cine permite que toda la sociedad participe y converse sobre lo que somos, lo que miramos y lo que nos mira”.

El 20 de diciembre de 2018 se promulgó la Ley del Cine y Arte Audiovisual Boliviano
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