La escritora argentina está a la cabeza de los recomendados del New York Times por su libro de cuentos Pájaros en la boca, que lo recomienda el Nobel J.M. Coetzee

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5 de enero de 2019, 4:00 AM
5 de enero de 2019, 4:00 AM

Ya sabíamos que Pájaros en la boca era un gran libro. Hoy el diario estadounidense The New York Times lo tiene como su primer recomendado y el Premio Nobel sudafricano J.M Coetzee lo elogia en la contratapa. Desde que salió, en 2009, esos cuentos desconcertaron, conmovieron, hicieron lo que Samanta Schweblin sabe hacer: introducir un grado de extrañeza en nuestro simple mundo, tirar de la cuerda, asustarnos con nuestros propios miedos. Un terror que se sugiere y no se ejecuta pero ya nos puso a temblar por lo que podría pasar.

O al revés: miramos el horror y nada: una nena come pájaros vivos en el relato que da nombre al libro. El padre lo va naturalizando, encontrando razones. Ya sabíamos que era bueno ese libro, pero el que abrió el camino de Schweblin (Buenos Aires, 1978) hacia las ligas mayores de la literatura mundial fue una novela posterior: Distancia de rescate.

Por ella -en su versión inglesa- la autora estuvo nominada en 2017 al Man Booker International Prize, un premio inglés en el que compitió con candidatos al Nobel. Sucede que las novelas ruedan más rápido que los cuentos en el mercado literario y por eso Distancia de rescate se tradujo primero. Pájaros en la boca saldrá el lunes 7 y el diario neoyorkino no quiere que sus lectores se lo pierdan. “Su verdadero precursor só- lo puede ser David Lynch; sus cuentos están entretejidos de terror, dobles y cabos sueltos”, dice la reseña del diario estadounidense.

En el libro, señala “hay tres cuentos perfectos” y también está “la sensación de mirar dentro del cuaderno de Schweblin, de ver sus primeros experimentos con la técnica”. La reseña aconseja a sus lectores: “Tire todo lo que parezca fantástico, mantenga sólo esa prosa suave como un espejo y, ¿qué verá? Las fantasías oscuras de Schweblin podrían hacerte despertar con algunas de las tuyas”. Como si todo esto fuera poco, en la contratapa sale la recomendación de una de las grandes voces de la literatura actual, Coetzee.

“Los hermanos Grimm y Franz Kafka visitaron la Argentina en los cuentos de humor misterioso de Samanta Schweblin sobre gente que se ha deslizado por grietas o ha caído por agujeros hacia realidades alternativas”, escribe. Esa frase llegó ahí porque Schweblin y Coetzee se conocen: ella fue a Australia -donde vive el Nobel- para un festival de escritores. Él se enteró y la invitó a pasar unos días en una nueva beca que está organizando bajo su proyecto Literaturas del Sur, que desarrolla con la Universidad de San Martín. Cuando se vieron, resultó que él, Coetzee, Premio Nobel de Literatura 2003, ya la había leído.

Carrera ascedente

Schweblin es actualmente una de las narradoras argentinas más leídas y goza de un amplio reconocimiento. Sus libros de cuentos El núcleo del disturbio y Pájaros en la boca (2009) han sido traducidos a 12 idiomas y publicados en 22 países. Por Distancia de rescate (2014) -novela que será llevada al cine por la directora peruana Claudia Llosa-, se convirtió en la primera autora argentina en ganar el premio que honra el legado de la escritora Shirlkey Jackson, mientras empezaba a ganar popularidad.

“Un ‘coletazo’ del oficio”, define, con el que intenta aprender a convivir. En su nueva novela Kentukis (Penguin Random House), la autora presenta un mundo en que los seres humanos habitan o poseen mascotas electrónicas: los kentukis, son artefactos con forma de animales de peluche (topos, cuervos, conejos, dragones, lechuzas) que permiten el acceso remoto de los primeros a la vida privada de otras personas. Los muñecos tienen un ‘amo’ y un usuario, con el que conviven. Es una serie de historias que funcionan de manera autónoma pero que, puestas en relación, revelan una trama de interconexiones inesperadas entre los personajes. La prestigiosa revista Granta ha presentado a Samanta Schweblin como una de las mejores jóvenes narradoras en español y ha obtenido, entre otros, los premios Juan Rulfo de Francia, Casa de las Américas de Cuba y Fondo Nacional de las Artes de Argentina.

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