Su muerte sorprendió al mundo. Diez años después, el legado artístico del cantante se mezcla con el recuerdo de la espiral de ansiedad y drogas que acabó con su vida

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29 de junio de 2019, 4:00 AM
29 de junio de 2019, 4:00 AM

Para los fans de Michael Jackson, la tarde del 25 de junio de 2009 empieza cuando ponen la televisión. Después, llorar y llorar. Michael había muerto. Una década después, con millones de personas preguntándose por qué murió, por qué él, cómo fue, la reconstrucción de esas últimas horas ha sido obsesiva desde entonces. La rutina privada ultrasecreta de Jackson salió a la luz por completo durante el juicio contra Conrad Murray, el médico que le administró una dosis de sedante letal. Conrad fue condenado a cuatro años de prisión por homicidio involuntario.

La cronología de la muerte de Michael Jackson, sin embargo, empieza dos meses y medio antes, el 5 de marzo.

Ese día Jackson anunció en Londres This Is It, una serie de conciertos en el O2 Arena de la capital británica que empezarían el 13 de julio.

Fueron sus últimas palabras en público. Jackson se había comprometido a 10 fechas. Un millón de personas de todo el mundo se registraron para comprar entradas en las primeras 24 horas. Al día siguiente, la promotora anunció 40 conciertos más. Iba a ser el gran regreso. Michael tenía fama de ser obsesivamente perfeccionista. Distintas personas de su entorno contaron a partir de ese momento que sentía una enorme presión. Según varios testigos, Jackson era adicto a los analgésicos desde las quemaduras que sufrió en un accidente en 1984.

Las acusaciones de abusos sexuales a menores a las que se enfrentó a partir de 1993 y, sobre todo, el segundo juicio sobre este asunto, en 2005, le hundieron en un hoyo de adicción y soledad cada vez más profundo. Esos episodios volvieron a salir a la luz este año con el documental Leaving Neverland, que daba voz a dos presuntas víctimas.

En 2009, de vuelta a Los Ángeles, Jackson comenzó a preparar la gira desde una mansión alquilada en las colinas de Hollywood. Murray se había convertido en el médico de Jackson para la gira. A finales de junio, llevaba seis semanas administrando al cantante dosis de Propofol para ayudarle a dormir.

El 24 de junio, la noche antes de morir, Jackson llegó tarde a los ensayos de This Is It en el Staples Center de Los Ángeles. A pesar de llevar 50 días seguidos tomando Propofol para dormir, según los testigos realizó una gran actuación. Desde el amanecer el artista empezó a suplicar a Murray que le diera Propofol, a lo que él se negaba. Finalmente, a las 10.40, Murray le inyectó 25 miligramos de Propofol diluido en lidocaína por vía intravenosa en el brazo. Ahora sí, el poderoso cóctel de drogas acumulado en su cuerpo hizo efecto.

Jackson perdió la conciencia y se durmió. Según la declaración de Murray ante la policía, se levantó al baño. Al volver, Michael Jackson no respiraba. Comenzó a hacerle una maniobra de reanimación y le dio 0,2 miligramos de Anexate, una droga para contrarrestar sobredosis. Entonces llamó a Amir Williams, el asistente personal de Jackson, y le dijo que buscara ayuda.

Durante el juicio, el jefe de seguridad de Jackson, Faheem Muhammad, contó que cuando él llegó a la habitación se encontró allí a los dos hijos mayores del cantante, Prince Michael, de 12 años, y Paris, de 11, que lloraban en estado de shock mientras su padre yacía en la cama inmóvil con los ojos y la boca abiertos. Un equipo de paramédicos llegó a la casa cinco minutos después y trató de reanimar a Jackson. Lo trasladaron en ambulancia al centro médico Ronald Reagan. La hora oficial de la muerte es 14:26 del 25 de junio de 2009.