La Embajada Británica participó en un homenaje a William Shakespeare en conmemoración al 23 de abril, Día Internacional del Libro y fecha de la muerte del autor inglés

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27 de abril de 2019, 4:00 AM
27 de abril de 2019, 4:00 AM

“My horse, my horse, my kingdom for a horse”. Claramente, Shakespeare tenía en mente el mito del presidente Melgarejo que entregó parte de su reino a Brasil a cambio de un hermoso caballo blanco. Estoy tan orgulloso de estar en Bolivia representando al Reino Unido, un país con historia y cultura muy ricas, desde los Beatles y los Rolling Stones hasta Dua Lipa y Calvin Harris. Desde Manchester United y Chelsea hasta Jamie Oliver y Nigela Lawson.

Desde la Fórmula Uno hasta nuestras grandes exportaciones como el Whisky escocés, Vivivene Westwood y el patrocinador de esta noche, Burberry. Pero nuestras exportaciones de cultura y patrimonio datan de hace varios siglos atrás, y no hay inspiración más grande que William Shakespeare. Todos los niños y niñas en el Reino Unido estudian a Shakespeare en la escuela.

Todavía recuerdo tener que aprender de memoria sonetos y monólogos de Shakespeare en mis clases de inglés, y algunos aún puedo recitarlos. También recuerdo que hace unos seis años, como parte de mi formación como diplomático, tuve que asistir a un curso sobre liderazgo. ¡Qué aburrido!, pensé.

Pero usaron las obras de Shakespeare para demostrar en qué consiste el liderazgo. Se puede escoger prácticamente cualquier tema y encontrar una profunda sabiduría en Shakespeare, desde el amor hasta la política, desde la guerra hasta la música. Como en Bolivia vivimos tiempos muy interesantes en la política, pensé en escoger cinco lecciones para todos nosotros:

1. No seas ambicioso sin ser moral. Macbeth es una parábola sobre lo que pasa cuando la ambición de un hombre supera sus mejores instintos. El noble Macbeth lucha con su conciencia al mismo tiempo que considera matar al rey, Duncan, y tomar el trono para sí mismo: Lamentablemente, “vaulting ambition” ganó – sin mencionar una descarada mano dura de su esposa- y las cosas no terminaron bien para Macbeth.

2. No procastines . Oh Hamlet, Príncipe de Dinamarca, joven, enérgico, influyente, enamorado y totalmente incapaz de tomar una decisión: To be, or not to be, that is the question: Whether ‘tis Nobler in the mind to suffer The Slings and Arrows of outrageous Fortune, or to take arms against a sea of troubles, and by opposing end them: Su pesada respuesta a la revelación del fantasma finalmente condujo al sospechado suicidio de su amada Ofelia y a un intenso combate con muerte poco oportuna en la corte danesa.

3. Cuídate de las personas que siempre dicen sí. Cuando el anciano Rey Lear decide entregar su reino a sus tres hijas, imprudentemente ofrece dar la parte más grande a la que lo quiere más. Dos hijas rápida mente lo llenan de elogios; la tercera, Cordelia, encuentra el espectáculo repugnante. Todos hemos visto a esa persona: la que tuerce los ojos, se muerde la lengua y se rehúsa a unirse al festín de elogios. Los líderes necesitan personas incómodas y con principios que dirán no – o en este caso, nada- incluso cuando les conviene decir sí. Naturalmente, como Rey Lear es una tragedia, él descubre muy tarde la valía de su única hija buena. No tienes que acabar tu carrera vagando con el corazón roto y con hierbas en el cabello: simplemente no escuches a los aduladores.

4. No hagas caso de los chismes. La vida le sonreía a Otelo. Tenía un gran trabajo como general en el ejército veneciano y estaba felizmente casado con su amada Desdémona, hasta que comenzó a escuchar al malicioso y chismoso Lago. El traidor intrigante lo convence falsamente de que Desdémona le había sido infiel: Otelo la sofoca hasta matarla, después se entera de que ella era inocente y luego se suicida. No te precipites antes de cometer un suicidio profesional: Verifica la fuente y, aún más importante la motivación detrás de los rumores.

5. Sé misericordioso. Sólo porque tienes la razón no significa que debes extraer tu “libra de carne”. Esta es sólo una de las metáforas que llegó a ser de uso común de las obras de Shakespeare; en este caso, El Mercader de Venecia. Aquí Porcia (una heredera disfrazada de abogado) le ruega al prestamista judío Shylock que ignore un contrato inusual: que, si el mercader Antonio no puede pagar su deuda, Shylock tiene derecho a una libra de su carne.

“La cualidad de la misericordia no se tensa, cae como la suave lluvia del cielo En el lugar que se encuentra debajo: es dos veces bendita; Bendice al que da y al que toma: “Es el más poderoso entre los más poderosos: se convierte en el monarca throned mejor que su corona; Su cetro muestra la fuerza del poder temporal, el atributo de asombro y majestuosidad, donde se sienta el temor y el temor de los reyes; Pero la misericordia está por encima de este dominio cetrado; Está entronizado en los corazones de los reyes, es un atributo de Dios mismo; Y el poder terrenal se muestra como el de Dios cuando la misericordia hace justicia”. Siempre me complace regresar a Santa Cruz, la primera ciudad de Bolivia que conocí y donde pasé un tiempo mejorando mi español. Gracias.