El policía Rubén Márquez Bautista pagó Bs 14.000 a su camarada, Rubén Arubito Chiri, para que lo ayude a asesinar a su exmujer, Rigoberta Barrios, con la que procreó una hija que tiene 11 meses

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12 de junio de 2019, 4:00 AM
12 de junio de 2019, 4:00 AM

Un policía, en complicidad con su camarada, asesinó a su expareja para no pagarle pensiones por su hija, de 11 meses de nacida, y armó una coartada para acusar del crimen al exmarido de la víctima. El cadáver de la mujer fue hallado dentro de un turril, que estaba enterrado en una vivienda del barrio Guaracachi.

Rigoberta Barrios, de 39 años, desapareció el 18 de mayo tras salir de su casa en la zona de la avenida Virgen de Luján. Tras casi un mes de búsqueda, su cadáver fue hallado ayer por la Policía.

Por este feminicidio, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) aprehendió a dos miembros del Batallón de Seguridad Física; Rubén Arubito Chiri y Rubén Márquez Bautista, este último mantenía una relación sentimental con Rigoberta, pese a que estaba casado con otra mujer. Fruto de esta unión, la víctima tuvo una hija con el uniformado. La bebé tiene 11 meses.

Según el jefe de la Felcc, Jhonny Aguilera, Márquez planificó el asesinato porque la víctima lo denunció por pensiones familiares en febrero y quería evitar que su esposa se entere de su relación clandestina. “La víctima le dijo al policía que haría conocer su relación con él a su esposa, si no le daba para las pensiones. Esto fue lo que motivó el feminicidio”, explicó el jefe policial.

La autoridad añadió que Márquez le pagó Bs 14.000 a Arubito, con quien trabaja hace un año en una empresa estatal, para que lo ayude en el feminicidio.

Armó una coartada

De acuerdo al informe policial, Márquez registró un número de celular a nombre de Ángel R. C., exmarido de Rigoberta, para autoenviarse amenazas por mensaje y desviar las investigaciones.

“El uniformado quería hacer creer que el asesino de la mujer era su exmarido. Sin embargo, se descubrió su coartada, la cual fue la punta del ovillo en la investigación”, explicó Aguilera.

Para ejecutar el crimen, Márquez citó a Rigoberta con la finalidad de dialogar por el pago de las pensiones, pero la subió a su minibús y junto a Arubito la estrangularon. Luego metieron el cadáver a un turril, que llenaron con cemento y lo enterraron en el patio de la casa que alquilaba Arubito. Ayer, la Felcc exhumó el cadáver y lo trasladó a la morgue.

La hermana de la fallecida, Martina Barrios, comentó que tras la desaparición de la víctima, Márquez se mostró colaborador, para no levantar sospechas de su autoría en el crimen. Añadió, que Rigoberta dejó tres hijos en la orfandad.