Son el 55% de las personas que piensan votar blanco o nulo y el 64% de las que no han saben por quién votar. Políticos y analistas ven que faltan propuestas concretas

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28 de julio de 2019, 9:59 AM
28 de julio de 2019, 9:59 AM

La próxima elección puede definirse por el voto femenino. Hoy, según la encuesta de CiesMori para EL DEBER, la mayoría de las personas que están descontentas con los candidatos (que dijeron que votarán blanco o nulo) o que están indecisas (respondieron No sabe), son mujeres. De ese 21% de voto flotante que descubrió el estudio de opinión, un 18% está representado por blancos y nulos más No sabe. El restante 3% son personas que prefieren mantener su voto en secreto, pero ya decidieron (2%) y por personas que eligieron no responder a esta pregunta de la encuesta (1%).

Eso deja a las nueve fuerzas que compiten por apropiarse de la Presidencia y la mayor cantidad de escaños en la Asamblea Legislativa en franca lucha por un 18%, que a estas alturas no es nada despreciable: es el doble de la intención de voto del tercero, (Óscar Ortiz), con esos números Evo Morales superaría la proporción de votos alcanzados en 2005, cuando llegó al poder, o Carlos Mesa podría obligarlo a ir a una segunda vuelta.

Así está

Ese porcentaje está dividido en dos. Por un lado, están los insatisfechos, los que no se convencen por ningún candidato y se ‘refugian’ en el blanco y el nulo. De momento, es una cifra alta, 12%. En la historia reciente de las elecciones generales en la era del evismo (todas ellas polarizadas, sin dispersión del voto, en las que las dos principales candidaturas agrupan más del 80% de los sufragios), la suma de votos blancos y nulos ha oscilado entre el 5% y el 7%, con un promedio de 6,39%, por lo que es de esperarse que la mitad de los que ahora se refugian en él, se terminen por decidir por uno de los actuales postulantes.

Este universo de 12% está integrado por un 55% de mujeres y un 45% de hombres. Está más o menos distribuido homogéneamente en el territorio nacional, pero hay una tendencia mayor en las ciudades secundarias y el área rural y no se trata de un voto joven, sino que afecta más a las personas mayores de 25 años y un 70% de ellas no tiene instrucción universitaria. Los indecisos (6% de los encuestados) son en un 64% mujeres, viven en ciudades capitales o en áreas rurales, el 84% no son profesionales y son mayores de 36 años


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Qué pasa

Isabella Prado, sicóloga social, cree que los partidos y alianzas no le han propuesto ni planes ni candidatos que resulten atractivos para las mujeres. Las preocupaciones de las mujeres van más allá del 50% de las pegas. Las agrupaciones están leyendo mal. No hay ofertas concretas para este segmento, nada que pueda hacerlas sentir que van a mejorar mi vida ni mi bienestar”, dijo.

Para Mirna Yucra, profesora y socióloga, no es una sorpresa que las mujeres tengan menor grado de instrucción y estén entre los que no han definido su voto. Lo ve en sus aulas: cada vez son más las jóvenes que deben abandonar sus estudios a causa de embarazo adolescente. Infiere que las personas indecisas tienen menor acceso a la información, algunas ni siquiera conocen a los candidatos. Las descontentas, para ellas, son personas que quieren un cambio y no lo encuentran, que están cansadas de que las políticas de salud, educación, seguridad o justicia, no hayan mejorado sus vidas.


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Para Alejandra Serrate, activista y abogada, se trata de mujeres, madres de familia, jefas de hogar, que no se sienten representados por ningún candidato. Ha visto en Santa Cruz una falta de interés incluso en participar en directorios de instituciones (recuerda la foto del directorio de la Cainco, solo con hombres) y crece la idea de que las cuestiones públicas poco van a incidir en mejorar su vida.

Qué van a hacer ¿Llevarán estos datos a modificar su estrategia a las tres fuerzas con mayor intención de voto en la encuesta? Comunidad Ciudadana dice que recientemente presentó a su plancha candidatas mujeres como primeras senadoras en todos los departamentos. “Es una de nuestras principales fortalezas”, dice Gustavo Pedraza, candidato a vicepresidente. A ello suma la inclusión de jóvenes sin pasado político en el resto de sus candidaturas.

Édgar Montaño, diputado y candidato del MAS, explica que su partido pondrá en marcha el “plan mormón”, para evangelizar puerta por puerta sobre las propuestas del oficialismo.

Por su parte, Vladimir Peña, coordinador de campaña de Bolivia Dice No, cree que hay que hablar con todos, no solo a los descontentos e indecisos, sino a los que están descontentos con el MAS, y el voto ‘gelatina’ de Mesa, que puede cambiar en algún momento por una opción de ‘verdadera oposición’.