Afirma que países que autorizaron la portación de armas redujeron la criminalidad. Explica que la ley 400 es el marco legal para promover su uso. Tachan la propuesta de demagógica

El Deber logo
16 de marzo de 2019, 4:00 AM
16 de marzo de 2019, 4:00 AM

Víctor Hugo Cárdenas no está dispuesto a rendirse. El sexagenario candidato a la presidencia se atrinchera en uno de los comandos de UCS dispuesto a analizar su posición junto a sus bases. Se recupera del fuego cruzado, disparado a quemarropa en las redes sociales, tras proponer que las mujeres hagan uso de armas en contra de la violencia. Son las 20:30 del jueves 15 de marzo. La noche es templada y el viento no mueve ni una hoja de los arbustos en ambos lados de la oscura calle detrás de la Escuela Militar de Ingeniería (EMI). Él llega con media hora de retraso. Viste una camisa, un pantalón de tela negro y mocasines color café. Lo recibe un grupo de hombres y mujeres vestidos con similar formalidad, como para un domingo de culto, pero no se hablará de amor al prójimo sino del calibre del miedo al crimen.

El grupo no es numeroso, pero es entusiasta. La mayoría promedia los 40 años y abrazan a Cárdenas con familiaridad. El candidato llega con la voz ronca. Explica, en tono de broma, que es por tanto debatir su propuesta en los medios de comunicación. Vino a ratificarla y a ampliarla porque quiere incluir a los hombres, usando como marco legal la Ley 400 de control de armas, ya promulgada por el Gobierno. En su visión de gobierno, la proliferación de armas en la sociedad disuadirá a los criminales. Lo dice sin tapujos, pese a que un día antes ocurrió una matanza de al menos ocho estudiantes en una escuela en Suzano, Brasil; y un día después se registró un atentado terrorista en Christchurch, Nueva Zelanda, en el que murieron 49 personas.

Un olor a empanadas fritas de queso y café que provienen de la tienda en el ingreso, se va adueñando de la atmósfera del debate organizado en la Casa de Campaña de los Cristianos. Cárdenas, consciente de su impacto mediático, se salta las presentaciones y se pone a tiro de las preguntas del público. Entonces responde con soltura que no hay una contradicción, por ejemplo, entre el eslogan ‘salvemos las dos vidas’ y proteger la vida propia si esta corre peligro. “Eso no sería cristiano, sería tonto”, dijo.

Elude la referencia a los hechos en Brasil al afirmar que en los países en que se autorizó la portación de armas, la criminalidad bajó como en Chile o Paraguay; admitió que el costo de las armas las haría accesible solo a las mujeres de estratos sociales altos, pero añadió que eso es un elemento que se puede revisar más adelante.

Marco jurídico

La ley de control de armas de fuego se promulgó en septiembre de 2013. Tiene por objetivo regular la importación y fabricación, y establece requisitos y prohibiciones. El abogado Félix Oros cita esta ley para ponerse del lado de Cárdenas. Explica que para tener un arma basta con tener la factura de una casa con licencia y registrarse en la Policía. Añade que la ley contempla la legítima defensa, es decir, que si la víctima mata a su agresor y ambos estaban armados, esta queda eximida de una pena.

Consultado, el abogado y asambleísta departamental de Demócratas, José Luis Santistevan, recordó que la propuesta surgió al calor del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, y siendo que ya existe una ley que norma la tenencia de armas la consideró “electoralista y demagógica”.

Una sociedad armada

Cárdenas argumenta que solo los gobiernos autoritarios “desarman a la gente buena, pero no a los delincuentes”. Pone de ejemplo a Venezuela y al Brasil de Dilma Rousseff. “Los gobiernos tiránicos temen la rebelión popular”, afirmó.

Reconoció que coincide con la propuesta que lanzó el ahora presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pero es porque ambos pueblos son víctimas del populismo. Añadió que considera que las armas no son suficientes para resolver temas sociales, pero indicó que la educación, por ejemplo, tardará décadas en resolverlas. En cuanto a su experiencia con las armas, Cárdenas cuenta que se remonta a sus años de servicio militar en los que aprendió a disparar un máuser, y años después, a esporádicos viajes de cacería con algunos amigos.

Tags