La Cámara de los Comunes rechazó este martes el nuevo acuerdo negociado por la primera ministra Theresa May con Bruselas. Te explicamos qué es lo que puede pasar en los próximos días.

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12 de marzo de 2019, 22:00 PM
12 de marzo de 2019, 22:00 PM
El Parlamento británico rechazó este martes por segunda vez el acuerdo negociado por la primera ministra Theresa May para la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), prevista para el 29 de marzo.

La propuesta renegociada por May con las autoridades europeas recibió 391 votos en contra y 242 a favor en la Cámara de los Comunes.

La decisión de los parlamentarios obliga a realizar una nueva votación el miércoles, en la cual los legisladores deberán decidir entonces si desean un Brexit "duro", es decir, una salida de la UE sin que haya ningún tipo de acuerdo que rija las relaciones entre Londres y Bruselas.

Tras la votación, May dijo que lamentaba profundamente los resultados y volvió a defender que su acuerdo es el "mejor y el único" posible.

El líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que votó en contra del acuerdo, consideró que tras esos resultados May debería convocar elecciones.

Michel Barnier, jefe negociador de la Unión Europea para el Brexit, dijo en un mensaje en Twitter que la UE había hecho todo lo posible por ayudar a que el acuerdo sobre el retiro de Reino Unido prosperara.

"Este impasse solo puede ser resuelto en Reino Unido. Nuestros preparativos para un escenario sin acuerdo son ahora más importantes que nunca".

Otro rechazo

La principal causa del rechazo a este nuevo acuerdo fue la situación en la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, que tras el Brexit se convertiría en el único límite terrestre entre Reino Unido y la UE.

Allí se plantea un desafío difícil: cómo evitar que tras el Brexit se instaure una frontera con controles y aduanas.

Se trata de una propuesta considerada crucial para la convivencia pacífica en la zona, marcada por un historial de violencia sectaria entre católicos y protestantes.

Esquema del calendario
BBC

La solución acordada por May con Bruselas consistía en establecer un periodo de transición de 21 meses (hasta finales del año 2020) durante el cual se negociaría un acuerdo de libre comercio entre Reino Unido y la UE que hiciera innecesaria ese tipo de frontera.

Durante ese periodo, Irlanda del Norte continuaría dentro del mercado común y la unión aduanera de la UE.

Quienes se oponen al acuerdo temen que una hipotética falta de éxito en la negociación para un acuerdo comercial enquiste esa situación con una Irlanda del Norte más conectada con la UE que con el resto de Reino Unido.

Esa propuesta ya había sido rechazada por los legisladores el pasado 15 de enero, cuando fue derrotada con una votación de 432 en contra y 202 a favor.

Tras la primera derrota, May renegoció algunos cambios "legalmente vinculantes" con Bruselas sobre la llamada salvaguarda irlandesa.

No obstante, este martes fueron considerados insuficientes para garantizar que Reino Unido no quedaría sujeto de forma indefinida a la UE a causa de esta frontera.

Pese a sus esfuerzos, la primera ministra británica no logró persuadir a muchos parlamentarios de su propio partido, los Tories, ni tampoco a sus aliados en el gobierno del Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés) de Irlanda del Norte, de que había garantías suficientes de que Reino Unido no iba a quedar atrapado de forma indefinida en la polémica salvaguarda irlandesa.


Análisis

Laura Kuenssberg, editora de política

Cabe preguntarse cómo volvió a verse May en esta situación otra vez.

Tan solo horas después de celebrar en Estrasburgo la revisión del acuerdo, se volvió a estrellar en el Parlamento.

Sus rivales y aliados ofrecen una larga lista de motivos.

Sus propia incapacidad para hacer valer la autoridad de su cargo y convencer a los más reacios en sus filas son conocidas por todos.

Algunos de los que apoyaron el Brexit han expresado su malestar por la situación actual.
Getty Images | Algunos de los que apoyaron el Brexit han expresado su malestar por la situación actual.

Las agriedades y los malentendidos con la UE juegan un papel también.

Décadas de peleas sobre Europa dentro del Partido Conservador son la raíz y parte de los problemas d ehoy.

Pero sobre todo, May como primera ministra ha estado intentando conseguir lo que hubiera sido claramente un desafío para cualquier líder -completar un gran proyecto, aborrecido por muchos y adorado por otros-, persuadir al Parlamento de desconectar Reino Unido de la UE sin una mayoría de diputados.

Su decisión en 2017 de hacer una apuesta tan grande sin tener la mayoría absoluta parlamentaria de su parte todavía la persigue:


¿Y ahora qué?

La votación de este martes desencadena un nuevo calendario de actividad parlamentaria que incluye otras dos votaciones clave en días consecutivos, el 13 y 14 de marzo.

Esto es así porque May se comprometió a permitir que, en caso de que su acuerdo volviera a ser rechazado, el parlamento pudiera decidir si quiere o no permitir que Reino Unido salga de la UE sin acuerdo. Esto fue luego plasmado en una enmienda parlamentaria.

El miércoles 13 de marzo los parlamentarios británicos votarán si quieren que el país abandone la Unión Europea sin acuerdo.

Si votan que sí, Reino Unido saldrá el 29 de marzo del bloque del que ha sido miembro durante los últimos 46 años.

Si los parlamentarios votan que no, al día siguiente se enfrentarán a otra votación.

Esta vez se les preguntará si quieren o no retrasar la fecha prevista y extender los plazos que permitan renegociar con la UE.

Si esto se rechaza, la posición legal por defecto sería dejar la UE sin acuerdo.

No obstante, los analistas consideran poco probable que los parlamentarios voten en contra de las tres cosas: el acuerdo de May, salir sin acuerdo y rechazar el Brexit.


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